Monday, April 16, 2012

ENSAYO FINAL: La música como elemento didáctico transversal a todas las asignaturas

La música ha estado presente en todas las etapas evolutivas del hombre, constituyéndose así, en un elemento de representación cultural fundamental para el ser humano. Esta “ existe y se practica desde tiempos inmemoriales simplemente porque nos eleva de nuestro cautiverio vegetal y permite desplegar de manera más plena nuestra condición humana” (Guerrero, 2009, pág. 3). De esta manera la música se transforma en uno de los elementos principales de manifestación para las personas, ya que como Garretson (1980) afirma “el hombre expresa muchos conceptos e ideas por el lenguaje, pero la lengua tiene sus limitaciones. Ciertos aspectos de la experiencia humana se expresan mejor por otros medios, como la danza, las artes visuales o la música” (pág. 3)

El objetivo de este ensayo es reflexionar acerca de la importancia de la música en la escuela y en las diferentes etapas que esta tiene, intentando dejar en evidencia la relevancia de que esta sea enseñada, no solo como una asignatura puntual, sino que también  utilizada como recurso didáctico en el resto de las asignaturas, ya que se cree que a través de esta, es posible enseñar los diferentes contenidos, de manera más lúdica y distinta potenciando así todos los tipos de inteligencia.

Con respecto a lo anterior, se puede afirmar que según Garretson (1980) en las escuelas se espera que el niño se desarrolle de forma integral, de manera que este pueda desenvolverse en el mundo, siendo un deber de las escuelas potenciar las diferentes inteligencias, ofreciendo  una amplia gama de experiencias donde el niño tenga acceso al aprendizaje desde diferentes perspectivas, para así favorecer a  la búsqueda de ser un mejor ser humano que fortifica todas y cada una de sus capacidades personales (Casas, 2001).

La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner “afirman que la inteligencia musical influye en el desarrollo emocional, espiritual y corporal del ser humano” (Casas, 2001, pág. 2) , ya que esta ayuda en la forma de pensar de los/as estudiantes, favoreciendo sus otras inteligencias, pues el solo centrarse en el hemisferio izquierdo del cerebro, que corresponde al área racional y verbal de un individuo (Pascual, 2002), estaría  limitando el crecimiento de la persona. A medida “que se intensifica el trabajo musical, entra en juego la participación del razonamiento lingüístico  y lógico-matemático implicando la participación del hemisferio dominante” (Casas, 2001, pág. 3), incrementando el progreso de todas las inteligencias.

En cuanto al área cognitiva de los/as niños/as, la música y más específicamente escucharla, o interpretarla mediante un instrumento, ayuda a fortificar el desarrollo del recuerdo, comprensión, análisis, síntesis y aplicación. Por otro lado, en el plano psicomotor el/la niño/a puede alcanzar un buen desarrollo del sistema motor a través del sentido del ritmo, ya que se logra mejorar el equilibrio, la velocidad, la capacidad de relajación, la capacidad de concentración, pues este realiza  conexiones básicas entre el cerebro y el movimiento corporal, lo que perfecciona el funcionamiento adecuado del cuerpo en sintonía con lo mental. Y por último en el ámbito afectivo del niño/a, se pueden ver los beneficios de la música, en cuanto a que logran una mejora significativa en el desarrollo de la autoestima, y por ende, se reafirman los sentidos físico, afectivo, social, académico y ético. (Casas, 2001).

En caso de la aplicación en el aula, la música permite calmar las tensiones y crear una atmosfera que favorece el desarrollo de cualquier asignatura, luego de un recreo donde los/as niños/as vienen con una mentalidad y un ritmo acelerados a causa de las interacciones entre ellos/as  y los juegos que realizan en los  espacios de distensión, la música podría verse y utilizarse como un puente que permita  volver al ambiente de concentración y orden dentro de la sala de clases (Garretson, 1980), esto podría darse a través de por ejemplo el método Dalcroze, en el cual se potencia la rítmica, de manera que el movimiento favorezca el desarrollo de la motricidad, la expresión y la capacidad de pensar, mediante ejercicios al ritmo de la música. (Pascual, 2002).

Por otra parte, la música es una forma de expresión, que permite poner atención no sólo a las voces externas sino también, conectarse con la voz interior de cada individuo, exigiéndonos limpiar nuestros oídos de las polución acústica, enseñar a los/as  niños/as a poner atención a todos los sonidos que nos rodean y la importancia de guardar silencio para escucharnos a nosotros mismos (Guerrero, 2009). Esta enseñanza que entrega la música puede extrapolarse a todas las asignaturas, permitiendo así, no solo comenzar a poner atención a la voz propia, si no a las voces del entorno, de los compañeros/as de clase y a los/as profesores/as.

Desde el silencio interno, se puede llegar a la creación artística, la cual reune a todos los sentidos de los/as estudiantes lo que lleva a que estos beneficios mencionados anteriormente en términos de desarrollo para ellos/as no solo los favorezca en el aspecto  musical,  sino en todas las asignaturas que son impartidas en la escuela (Guerrero, 2009).

Un ejemplo de cómo la música favorece el aprendizaje en otras áreas, puede ser visto en el siguiente párrafo en cuanto a la historia, en donde se cree que la:

“música resulta útil para trabajar la construcción del tiempo percibido, en especial en todo aquello que concierne a la formación del ritmo musical, significa identificar lo que tienen en común una serie de sonidos respecto a la acentuación, que establece duraciones iguales de tiempo(...)Algunos psicólogos, destacan precisamente el hecho de que la construcción del tiempo posiblemente del ritmo del corazón(...)de acuerdo con eso, casi podríamos afirmar, aunque sea atrevido, que, en principio existe primordialmente la “música”” (Trepat & Comes, 1998, pág. 54)

Este ejemplo, deja en evidencia que todo lo señalado anteriormente podría ser cierto, ya que es capaz de afirmar mediante un contenido concreto la relevancia de la música en la enseñanza de las Ciencias Sociales, demostrando que no es necesario presentar contenidos de manera aislada y que utilizando la música como recurso didáctico, se puede llegar a enseñar de mejor manera un contenido especifico, por lo tanto afirma que esto podría ser extrapolado a las diferentes asignaturas impartidas en la educación formal.

Para llevar lo anteriormente mostrado a la práctica existen diferentes metodologías de enseñanza musical, por ejemplo el Método Dalcroze, Kodaly y Orff. En cuanto a Orff, el autor Carl Orff, considera que el inicio de la educación de la música está en el lenguaje natural de cada persona y su rítmica, siendo el fundamento de su enseñanza, la palabra, la música y el movimiento y utilizando como recurso las rimas de las canciones juveniles, ya que explica que de esta manera el alumno llegará a comprender el timbre, la armonía, el ritmo y la melodía. “ La práctica educativa de Orff consiste en la consideración del cuerpo como un instrumento musical, dotado de características tímbricas diversas (...) que permiten una educación del ritmo a través de movimientos del cuerpo que producen sonidos y no requieren una coordinación muy precisa” (Pascual, 2002, pág. 206)

En segundo lugar, está la metodología de Dalcroze, creado por Emile Jacques Dalcroze, que ve al cuerpo como  un intermediario entre nuestro pensamiento, nuestros sentimientos y el sonido; esto lleva a que su metodología se convertiría en una educación por la música y para ella, fundamentándose en que a través de esta, se pueden ver favorecidos la armonización de los movimientos del cuerpo y la capacidad de adaptación de este (Pascual, 2002).  Es por esto, que el elemento principal del método, es la rítmica y las coreografías al ritmo principalmente del piano.

Finalmente, el método Kodaly, creado por Zoltán Kodály. El cual se dio cuenta de las dificultades que tenían los/as niño/as para aprender a leer y escribir música, por lo que inventó una forma de facilitar la tarea a través del desarrollo del oído mediante el canto. Se enfocó en dar énfasis a las canciones populares y el folclore. El autor crea entonces la fononimia, la cual consiste en leer signos no escritos que hace el profesor,  para que de esta forma desarrollen su oído, teniendo como objetivo principal, que el niño incentive su afinación interna auditiva de manera correcta. (Pascual, 2002)

Los métodos anteriormente mencionados parecen ser la herramienta perfecta para enseñar música y además utilizarla como un elemento didáctico en las demás asignaturas. Pero ¿se sienten todos los/as profesores/as de enseñanza básica capacitados para utilizarlos? Lo más probable es que no, y no por una si no que por diferentes razones.

En primer lugar, para utilizar estas metodologías, se debe ser capacitado en diferentes países y poseer una acreditación para poder llevar a cabo su aplicación, a pesar de eso, podría suceder que algún docente decida utilizar los métodos como una inspiración para sus clases, pero ¿Están preparados los docentes para enseñar música? ¿Son suficientes lo conocimientos enseñados en la preparación universitaria como para llevar a la sala de clases alguna de estas metodologías? Los más probable nuevamente es que no, si es que no se tiene una educación solida aprendida independientemente acerca de la música. Esto porque cada vez más, se le quita importancia al conocimiento musical y se le entrega una mayor, a los conocimientos lógico matemáticos y lingüísticos. Como afirman Bernal y Calvo (2000) “La escuela siempre ha potenciado un determinado tipo de educación basado en lenguajes codificados donde los artísticos han sido muy marginados” (pág. 218)

Finalmente y a modo de conclusión, es pertinente mencionar que como se ha demostrado anteriormente, la importancia de la música en la enseñanza básica, no solo radica en que es una asignatura más, si no que; desarrolla el aspecto cognitivo, motor y emocional de los niños de manera completa, lúdica y novedosa, potenciando así las múltiples inteligencias que existen. Además, es una herramienta fundamental y práctica para enseñar las otras diferentes asignaturas impartidas en la escuela, transformándose así en un elemento didáctico  transversal de la  enseñanza. Habría entonces, que hacer una introspección en cuanto a la enseñanza universitaria de los docentes en el área artística, más específicamente en el área musical, ya que teniendo un elemento tan versátil, didáctico y transversal que podría ser utilizado en todas las asignaturas, ¿Cómo es posible que aun se siga dejando en manos de expertos las asignaturas musicales? ¿No sería más práctico y personalizado entregarle esta tarea al docente que más conoce a los/as estudiantes, es decir a los/as profesores/as jefes? Da para pensar.


Bibliografía

Bernal, J. & Calvo, M. (2000) Cap. V. Didáctica de la expresión musical.  En  “Fundamentos didácticos en las áreas curriculares”.  Editorial Síntesis, Madrid, España.

Casas, V. (2001). ¿Por qué los niños deben aprender música?. Revista científica. Editorial: Corporación editora médica del valle.

Garretson, R. (1980). La música en el plan de estudios de la escuela moderna  Editorial: Diana

Guerrero, L. (2009). Cómo y por qué enseñar música a los niños pequeños. Lima, Perú. Editorial:

Pascual, P. (2002). El niño, sujeto de la educación musical. Desarrollo evolutivo en relación con la educación musical.. Didáctica de la música para primaria. Editorial

Trepat, C. & Comes, P. (1998). El tiempo y el espacio en la didáctica de las ciencias sociales. Barcelona, España. Editorial: MIE


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